El Tesoro Público tiene en la mira la amortización de 3.643 millones de euros del préstamo del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), relacionado con el rescate financiero solicitado en la primavera de 2022. Este proceso culminará en 2026, un año que marcará un hito importante: España dejará de estar bajo la supervisión de los organismos europeos, conocidos coloquialmente como «hombres de negro».
Un paso hacia la autonomía económica
La estrategia de financiación del Tesoro, que ha sido consultada por Revista Emprendimiento, establece que España ya habrá reembolsado más del 75% de dicho préstamo, lo que implica la retirada de técnicos de la Comisión Europea, del MEDE y del Banco Central Europeo (BCE). Esta información fue confirmada por el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, en la presentación de la nueva estrategia el pasado 9 de diciembre.
Desde la concesión del préstamo de 41.333 millones en 2012, España ha avanzado considerablemente en la amortización. Hasta la fecha, ha pagado un total de 34.047 millones, dejando un saldo pendiente de 7.286 millones, que se abonará en cuotas anuales hasta 2027.
Detalles de los pagos
Para 2026, el Tesoro prevé devolver 3.643 millones, una cifra que representa la mitad de lo que aún queda por pagar. Esta cantidad es notablemente inferior a la de 2025. Es importante recordar que, en 2012, el gobierno de Mariano Rajoy solicitó un rescate ante la crisis de las cajas de ahorro y la burbuja inmobiliaria. De los 100.000 millones disponibles, finalmente se otorgaron 41.333 millones.
La amortización comenzó oficialmente en 2022, cuando España ya había reembolsado anticipadamente 17.612 millones en diez pagos entre 2014 y 2018. Desde entonces, los montos siguientes han sido de 3.642 millones en 2022, 3.643 millones en 2023, y 4.575 millones tanto en 2024 como en 2025.
Además, la nueva estrategia del Tesoro para 2026 contempla una emisión bruta de 285.677 millones de euros, un aumento del 4% respecto a 2025, debido a los vencimientos que se acumulan en ese año. La emisión neta se estima en 55.000 millones, cerrando 2025 con un saldo neto de 54.775 millones.
Este avance hacia la regularización de sus financias es un paso significativo para la economía española, aliviando la presión de los organismos internacionales y ofreciendo un panorama más optimista hacia el futuro.
