El gigante ferroviario alemán Deutsche Bahn realizó en 2019 un gran pedido a Talgo, sin embargo, la situación ha cambiado. La compañía española ha confirmado que, debido a dificultades en la producción, el encargo pasará de 79 a solo 60 trenes de su innovadora plataforma 230 para larga distancia. A pesar de esta reducción, existe la posibilidad de ampliar el pedido hasta 100 unidades, siempre que Talgo implemente un plan industrial que mejore su capacidad de producción.
Un nuevo acuerdo que ofrece un respiro
El nuevo convenio busca que Talgo evite sanciones económicas por sus retrasos y se extienden los plazos de entrega. Este incluye un contrato de mantenimiento a largo plazo, así como una reprogramación del proyecto. Sin embargo, la firma no ha detallado las nuevas fechas de entrega, lo que ha generado incertidumbre. Las acciones de Talgo cerraron con una caída del 1,75%, cotizando a 2,80 euros.
En medio de este panorama incierto, Talgo recibe un poco de alivio con el inminente cambio en su estructura accionarial. El consorcio vasco, liderado por José Antonio Jainaga, adquirirá una participación del 29,7%, mientras la sociedad estatal SEPI contará con un 7,8%. Ambas adquisiciones se realizarán a un precio de 4,25 euros por acción.
Resultados financieros en rojo
Los resultados de Talgo hasta septiembre ya reflejan el impacto de esta reducción de pedidos. La empresa registró una pérdida de 3,3 millones en su resultado bruto de explotación, un notable contraste con los 57,7 millones de ganancias del año anterior. Los ingresos también cayeron un 11%, sumando 443 millones en total. Para el cierre del ejercicio, se espera que la compañía alcance ingresos de entre 560 y 590 millones, por debajo de los 600 millones inicialmente previstos, excluyendo el efecto del contrato con Deutsche Bahn. El EBITDA previsto también se ha ajustado a cero desde la proyección anterior de entre 40 y 50 millones.
Proyectos en marcha y homologación
A pesar de los desafíos, Talgo tiene en su haber la homologación de su modelo 230 tanto para la alemana Deutsche Bahn como para la danesa Danske Statsbaner, dos acuerdos que suman un total de 4.000 millones en pedidos. Aunque el lanzamiento del tren se ha retrasado más allá de la previsión inicial de 2024, se espera que el modelo 230, bajo la denominación comercial ICE L, comience a operar en rutas clave como la de Berlín a Ámsterdam.
Recientemente, una unidad fue aceptada por Deutsche Bahn y ya está en funcionamiento entre Hamburgo y Berlín. Antes de que cierre el año, se prevé que Talgo entregue tres unidades más dentro de la fase inicial del contrato, que contempla un total de 23 trenes.
Estructura financiera renovada
En un contexto de desafíos, Talgo anunció la firma de una nueva estructura de financiamiento, aprobada en la última junta de accionistas. La compañía ha asegurado un crédito sindicado de hasta 770 millones de euros, liderado por BBVA y CaixaBank, además de 500 millones en avales para responder a sus contratos internacionales. Este financiamiento parcial está garantizado por CESCE y se divide en dos tramos: uno de hasta 650 millones con un vencimiento de seis años y otro de 120 millones en forma de préstamo revolving a cinco años.
«La formalización de estos acuerdos refuerza significativamente la salud financiera de Talgo, ajustando su perfil de deuda a las demandas de sus proyectos y planes de expansión», detalló la empresa en su comunicado a la CNMV. A través de estos esfuerzos, Talgo espera recuperar el rumbo y consolidar su presencia en el competitivo mercado ferroviario.
