Choque entre Meloni y Lagarde por el control del oro del Banco de Italia

Choque entre Meloni y Lagarde por el control del oro del Banco de Italia

El debate sobre el oro como activo estratégico en tiempos de incertidumbre económica ha generado un choque entre Italia y las instituciones europeas. Se centra en las jugosas reservas de casi 2.500 toneladas de oro del país, en el punto de mira del partido ultraderechista liderado por la primera ministra Giorgia Meloni, Hermanos de Italia. Este grupo ha propuesto declarar que esas reservas son “propiedad del Estado en nombre del pueblo italiano” a través de una enmienda a la ley de Presupuestos. Esta iniciativa ha suscitado la preocupación del Banco Central Europeo (BCE), que teme por la independencia del Banco de Italia y posibles violaciones a los tratados europeos, encendiendo así la tensión entre la soberanía nacional y las normas de la eurozona.

Italia: Un gigante dorado

Italia destaca como una potencia en reservas de oro, ocupando el tercer lugar mundial con 2.452 toneladas, solo superada por Estados Unidos y Alemania. Si se añade el Fondo Monetario Internacional, caería al cuarto puesto. Este valioso patrimonio, compuesto principalmente por lingotes con un valor que supera los 280.000 millones de euros, sirve para fortalecer la confianza en el sistema monetario, primero con la lira y ahora con el euro. Aunque el oro está bajo la custodia del Banco de Italia, este se integra en el Eurosistema como un respaldo para toda la Unión Monetaria.

La propuesta de Meloni no implica, por ahora, vender el oro ni utilizarlo para gastos públicos, sino que se presenta como una “declaración de principios” para reafirmar su pertenencia a la nación. Lucio Malan, senador y promotor de la iniciativa, ha subrayado la necesidad de establecer que el verdadero propietario de las reservas es el pueblo italiano, representado por el Estado. A pesar de que el Banco de Italia tiene vínculos legales con el BCE y el Eurosistema desde 1999, su consejo de administración es nombrado por el poder ejecutivo y, a diferencia de otros bancos centrales, posee un carácter privado, con los bancos comerciales del país como accionistas.

Tensión entre soberanía y economía

Para Hermanos de Italia, esta iniciativa es un símbolo de soberanía. Por el contrario, el BCE ve en ella una potencial interferencia política que podría socavar la solidez del sistema en un contexto económico delicado. En una opinión pública, el BCE afirmó que la finalidad de la propuesta no está clara y pidió a Italia que la reconsiderara, señalando que cualquier cambio en la titularidad o gestión del oro podría contravenir la normativa europea que garantiza la independencia de los bancos centrales.

Los tratados de la Unión Europea estipulan que la gestión de las reservas de los bancos centrales, ya sean del BCE o de los nacionales, debe alinearse con el funcionamiento del euro y la política monetaria, competencias que son exclusivas de la Unión. En este sentido, el BCE recordó el artículo 130 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que prohíbe a tanto al BCE como a los bancos centrales aceptar instrucciones de los gobiernos.

La enmienda presentada por Malan ha generado un enredo institucional al no haber sido discutida previamente con el supervisor monetario europeo, lo que complicó la situación. Además, revive antiguos conflictos de la derecha italiana, que anteriormente había expresado posturas antieuro. Aunque no tiene un impacto inmediato en las finanzas públicas, la propuesta permite a la formación ultraderechista recuperar el discurso sobre la soberanía de las reservas.

Implicaciones de la propuesta

Con una deuda pública que supera el 135% del PIB, la posibilidad de alterar la gestión de las reservas de oro ha generado inquietud entre analistas e inversores. Este no es el primer intento del Gobierno italiano de legislar sobre la propiedad del oro; ya en 2019 se intentó algo similar, también con críticas desde Fráncfort.

El Gobierno de Meloni ha minimizado la polémica, aunque la presión europea hace complicado que la propuesta avance en su forma actual. La opinión en Italia sugiere que para evitar un mayor conflicto con la UE, el Ejecutivo podría retirar la enmienda. El ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, quien también fue euroescéptico en el pasado, ha cuestionado la conformidad de la medida con las normativas europeas, aunque lo hizo solo después de formalizar la enmienda.

Durante una reciente audiencia en el Parlamento Europeo, Christine Lagarde, presidenta del BCE, subrayó la importancia de que Italia mantenga y gestione sus reservas de oro, dado su estatus como tercer país con más oro entre los bancos centrales.

Guido Liris, de Hermanos de Italia, ha indicado que Giorgetti trabajará en una reformulación de la propuesta, buscando un equilibrio entre las exigencias del BCE y la reivindicación soberanista de que el oro pertenece “al pueblo italiano”. En este contexto, Meloni ha optado por un perfil bajo mientras su equipo minimiza la gravedad del asunto.

La oposición no ha tardado en criticar la enmienda, considerándola un movimiento “inútil” desde el punto de vista económico y un posible conflicto institucional con el BCE que compromete su independencia. En esta línea, el responsable de Economía del Partido Democrático, Antonio Misiani, ha tildado la iniciativa de insostenible desde un plano técnico.