Treinta años después de la histórica reunión en el Parador de Toledo, donde los principales partidos de España acordaron proteger la dignidad de las pensiones, nos enfrentamos a una situación inquietante: ciertas fuerzas políticas parecen dispuestas a socavar ese consenso vital.
Los signos son claros. Vemos cómo algunos votan en contra de la revalorización anual de las pensiones de acuerdo al IPC, mientras proclaman que el sistema no es sostenible. Sin embargo, los datos, respaldados por informes independientes como el de la AIReF, nos cuentan otra historia.
Un Contexto Económico Favorable
No estamos en la España de 1995, marcada por una recesión devastadora. En 2025, nuestra economía crece más que las de nuestros vecinos europeos. Con cifras históricas de empleo, el mercado laboral cuenta con casi 22 millones de afiliados, un aumento de ocho millones y medio en comparación con hace tres décadas.
A pesar de este crecimiento, algunos insisten en propagar un relato de inestabilidad que resuena desde los años 80. Es fundamental entender que cuestionar el sistema público de pensiones va más allá de un debate técnico; se trata del bienestar de 9,4 millones de pensionistas actuales y de aquellos que recibirán una pensión en el futuro. Quienes ponen en duda la sostenibilidad del sistema solo alimentan la incertidumbre de millones de familias.
La Historia del Pacto de Toledo
Es crucial recordar el origen del Pacto de Toledo, diseñado para proteger el sistema de pensiones de vaivenes políticos y garantizar su estabilidad a largo plazo. Este acuerdo ha funcionado en varias ocasiones, como en 1995, 2003, 2011 y 2020. Sin embargo, no todas las reformas han sido efectivas; la controvertida reforma de 2013, impulsada por el Partido Popular, congeló las pensiones y fue revertida por su impacto negativo en el poder adquisitivo de quienes ya dependen de estas.
Actualmente, se prevé que las pensiones se revaloricen un 2,7% en enero, respetando lo marcado por la ley y el propio Pacto de Toledo. Esta votación en el Congreso se convierte en una prueba de responsabilidad para todos los partidos políticos.
Espero que, en esta ocasión, el Partido Popular no se limite a hacer promesas vacías en sus actos electorales, sino que apoye el aumento en el Congreso, evitando el temor que generó su voto en contra el año pasado.
Un Futuro Optimista
Es posible ser optimistas sobre el futuro, ya que los datos actuales nos respaldan. Las reformas de los últimos años, el dinamismo del mercado laboral y la mejora en la calidad del empleo son pilares que sostienen nuestra seguridad económica. Estos elementos, y no un discurso alarmista, nos permiten afrontar con confianza los retos futuros, incluso ante el envejecimiento de la población nacida a partir de los años 60.
Nuestros jóvenes comprenden que sus abuelos merecen pensiones dignas, pero también desean la certeza de que podrán acceder a una pensión justa en su momento. Esta es la misión fundamental del Pacto de Toledo: ofrecer estabilidad y certeza.
Es imperativo que abandonemos los alarmismos y regresamos al consenso, que ha establecido a España como uno de los países con un sistema de pensiones más robusto y justo de Europa. Proteger el Pacto de Toledo hoy significa asegurar que, dentro de treinta años, no debamos defenderlo, sino celebrarlo: porque las pensiones dignas son un derecho garantizado, no un tema de debate.
Elma Saiz es ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
