Responsabilidad y IA: Transformando las Políticas ESG en la Economía Actual

Responsabilidad y IA: Transformando las Políticas ESG en la Economía Actual

En el verano de 1956, un grupo selecto de matemáticos, ingenieros y científicos se reunió durante ocho semanas en la Universidad de Dartmouth, en Nueva Inglaterra (EE. UU.). Esta reunión marcó el nacimiento de un concepto que, décadas más tarde, transformaría el mundo: la inteligencia artificial (IA). Casi 70 años después, la visión de esos pioneros se está volviendo realidad. La IA ya está influyendo en cómo interactuamos con nuestro entorno y redefiniendo el trabajo. La consultora PwC estima que su impacto generará un incremento del 14% en el PIB global para 2030. Sin embargo, con este avance también surgen desafíos e incertidumbres. El sector empresarial tiene un papel crucial en el desarrollo responsable de esta tecnología, que requiere estructuras claras de gobernanza para su implementación.

La dualidad de la IA: ¿Revolución o riesgo ambiental?

Cuando planteamos preguntas a aplicaciones de IA como ChatGPT o DeepSeek, activamos tecnologías capaces de analizar enormes volúmenes de datos en un abrir y cerrar de ojos. Este potencial, aunque impresionante, conlleva un elevado coste medioambiental. Alberto Granados, presidente de Forética, destaca que el uso de IA puede consumir aproximadamente 2,9 vatios por hora, casi diez veces más que una búsqueda en internet. Si estas aplicaciones se integraran en nuestras búsquedas diarias, se estima que su consumo energético equivaldría a la generación de una gran central nuclear. Granados añade que el proceso de entrenar modelos de IA, como ChatGPT, requirió 700,000 litros de agua, comparable al consumo diario de una ciudad de 10,000 habitantes.

A pesar de este impacto, los beneficios de la IA son inmensos, especialmente en la optimización de procesos y la reducción del gasto energético. Se estima que su aplicación en el sector medioambiental podría disminuir las emisiones en un rango del 4% al 8%. En la agricultura, por ejemplo, se está utilizando para afinar el uso de fertilizantes y agua, logrando reducciones de emisiones cerca del 30%. En el ámbito energético, las optimizaciones alcanzan entre el 20% y el 30%. Así, la IA, a pesar de sus costes, podría ser una herramienta invaluable en la lucha contra el cambio climático.

Oportunidades laborales y la necesidad de inclusión

La llegada de la IA plantea un desafío social significativo, especialmente en lo que respecta al empleo. Según el Foro Económico Mundial, se prevé que para 2030, la IA afecte el 15% de los empleos, pero también genere un 25% de nuevas oportunidades laborales. Esto se asemeja a la revolución que trajo el automóvil en el siglo XX: si bien eliminó trabajos, también condujo a la creación de otros nuevos.

El reto ahora es formar a los profesionales para esta nueva era sin dejar a nadie atrás. Granados subraya la importancia del “reskilling”, no solo para que los trabajadores se adapten a nuevas profesiones, sino también para mejorar las existentes. En el ámbito educativo, por ejemplo, la IA puede personalizar los aprendizajes para atender las necesidades individuales. En salud, es utilizada para diagnosticar enfermedades, permitiendo que los médicos se centren en el cuidado del paciente.

Sin embargo, la inclusión debe ser una prioridad. Como señala Clara Arpa, presidenta del Pacto Mundial de la ONU España, la IA no solo debe limitarse a proteger datos; debe asegurarse de no perpetuar sesgos y contribuir a una sociedad más equitativa.

Regulación: un paso hacia el futuro

La regulación es fundamental para garantizar un uso responsable de la IA. La Unión Europea ha liderado este proceso con una legislación que prohíbe prácticas potencialmente peligrosas. Según Sonsoles Rubio Reinoso, presidenta del Instituto de Auditores Internos de España, esta ley categoriza sistemas según su nivel de riesgo y exige que sean auditables y transparentes. No obstante, este marco legal es solo un punto de partida. Las empresas deben crear directrices internas que reflejen su compromiso con la gobernanza, y la protección de datos es esencial en este sentido.

La importancia de una estrategia empresarial integral

Frente a este nuevo ecosistema, las empresas deben adoptar enfoques innovadores que integren la IA en todos sus departamentos. Rubio Reinoso destaca la necesidad de establecer modelos de gobierno robustos para gestionar la IA de manera segura y eficaz. Esto no solo se refiere a la economía, sino también a la transparencia en la toma de decisiones.

Granados aboga por la creación de comités en las empresas que incluyan a todas las áreas relevantes para una integración efectiva de la IA. La clave está en un monitoreo constante del rendimiento de los algoritmos para evitar desviaciones. En palabras de Granados, la IA es un “tren en marcha” que exige atención continua.

La manera en la que se implemente la IA no solo impactará a las empresas, sino que también influirá en el futuro de la sociedad. Arpa enfatiza la oportunidad única del sector privado para liderar el uso sostenible de la IA, siempre que se considere su impacto social y ambiental. La transparencia en el diseño y funcionamiento de esta tecnología será crucial para garantizar la confianza de todos los involucrados.