Priorizar el Estudio de la Naturaleza sobre el Extractivismo para Impulsar el Desarrollo en América Latina

Priorizar el Estudio de la Naturaleza sobre el Extractivismo para Impulsar el Desarrollo en América Latina

La biodiversidad: un tesoro para el desarrollo sostenible en América Latina

La biodiversidad no es solo una riqueza que debemos proteger; es una fuente inagotable de inspiración para impulsar el progreso en América Latina y el Caribe. La región, que alberga más de la mitad de la biodiversidad global, tiene todo el potencial para transformarse en un ejemplo de desarrollo sostenible, como revela un informe elaborado por CAF y el TIDE Centre de la Universidad de Oxford. Este documento fue presentado en la reciente COP30, celebrada en Belém de Pará, Brasil.

Redefiniendo la relación con la biodiversidad

Históricamente, la naturaleza ha sido contemplada principalmente como algo que debe ser preservado. Sin embargo, el informe destaca que la biodiversidad también debería verse como una «frontera productiva», crucial para fomentar el empleo de calidad, la transformación estructural y la resiliencia ambiental. Aunque muchos líderes regionales están explorando cómo la biodiversidad puede integrarse a la economía, persiste el malentendido: muchos aún creen que debe ser explotada en lugar de utilizada como una guía para un crecimiento armónico y sostenible.

Para avanzar hacia este nuevo paradigma, se propone la bioinspiración, una metodología que se basa en los principios de diseño de la naturaleza, en lugar de en la extracción constante de recursos.

Avances y desafíos en la región

Desde 1990, América Latina y el Caribe ha implementado más de 250 programas de pagos por servicios ambientales, y el ecoturismo ha generado 3.5 millones de empleos hasta 2018. Países como Argentina, Brasil, Colombia y Costa Rica han desarrollado estrategias de bioeconomía que fomentan un desarrollo sostenible. Sin embargo, el informe aclara que no toda la bioeconomía es positiva; sin una regulación adecuada, puede terminar reproduciendo viejos modelos extractivistas.

Amir Lebdioui, profesor del TIDE Centre y coautor del informe, señala que la región alberga una vasta biblioteca de inteligencia biológica construida a lo largo de 3.400 millones de años. No obstante, este formidable patrimonio sigue sin ser plenamente aprovechado para la innovación y el desarrollo local.

La inversión en investigación es clave

A pesar de la riqueza natural de la región, el gasto en investigación y desarrollo es alarmantemente bajo, representando solo el 0.6% del PIB, muy por debajo de la media global del 2%. Actualmente, se destinan 35,000 millones de dólares anuales, una cifra que debería triplicarse, alcanzando al menos 130,000 millones de dólares anuales, según el informe.

Esta insuficiencia se traduce en obstáculos prácticos, como la falta de infraestructura adecuada para la investigación y la escasa capacitación profesional en estos campos. Zonas como el Pacífico, el Caribe y la Amazonia, que poseen una impresionante riqueza biológica, han sido desproporcionadamente afectadas, con una baja densidad de laboratorios y centros de investigación.

Asimismo, aunque el gasto en biodiversidad ha aumentado considerablemente en los últimos años, enfocándose principalmente en la conservación, la inversión destinada a medios de vida sostenible continúa siendo mínima. Alicia Montalvo, gerente de Acción Climática y Biodiversidad Positiva de CAF, enfatiza que los bancos de desarrollo deben desempeñar un papel crucial en integrar estas dos agendas.

Para que la transformación estructural de América Latina y el Caribe sea efectiva, no basta con conservar la biodiversidad; es esencial también estudiar y comprender su vasto potencial. Solo así, la región podrá traducir sus riquezas biológicas en soluciones prácticas que beneficien a sus habitantes.

La biodiversidad representa una oportunidad única para innovar y construir un futuro más inclusivo y sostenible. Con la combinación de inversión adecuada y un enfoque renovado, América Latina puede convertirse en un referente mundial en desarrollo sostenible.