Las acciones de Novo Nordisk, el fabricante de los innovadores medicamentos Ozempic y Wegovy, experimentaron un impulso significativo en Bolsa, alcanzando un aumento de hasta un 3%. Este repunte se produce tras la reciente salida del grupo danés de la competencia por la biotecnológica estadounidense Metsera. Novo Nordisk decidió retirarse de su oferta pública de adquisición (OPA) el pasado sábado, poniendo fin a la contienda con Pfizer, quien había cerrado días antes un acuerdo por 10,000 millones de dólares para hacerse con la start-up especializada en tratamientos para la pérdida de peso.
La OPA de Pfizer: Un giro inesperado
Metsera decidió aceptar una oferta mejorada de Pfizer, esgrimiendo preocupaciones sobre posibles riesgos antimonopolio en EE. UU. que podían afectar la propuesta de Novo. Aunque esta última había catalogado anteriormente su oferta como superior, la biotecnológica aclaró que la estructura del acuerdo de Novo entrañaba «riesgos legales y regulatorios inaceptablemente altos».
Este movimiento estratégico por parte de Pfizer marca una victoria importante en la lucha por el control del mercado de fármacos contra la obesidad, donde Novo Nordisk ha sido un fuerte competidor, especialmente frente a Eli Lilly. A pesar de que los tratamientos de Metsera no estarán disponibles en el mercado hasta dentro de algunos años, esta adquisición posiciona a Pfizer favorablemente en un sector que se prevé alcanzará un valor de 150,000 millones de dólares a principios de la próxima década.
Perspectivas de Pfizer y desafíos de Novo Nordisk
Recientemente, Pfizer incrementó sus previsiones para el ejercicio 2025, destacando cómo esta adquisición representa un impulso estratégico vital. Cabe recordar que la compañía también ha enfrentado fracasos en su búsqueda de tratamientos para la obesidad y está lidiando con la caída de las ventas de productos relacionados con el COVID-19, además de la inminente expiración de patentes de medicamentos importantes.
En otro ámbito, es relevante mencionar que el fondo soberano de Noruega anunció su decisión de no votar sobre los nuevos miembros de la junta directiva de Novo Nordisk en la reunión programada para el 14 de noviembre. Este movimiento se da en medio de una reestructuración en la farmacéutica danesa tras tensiones con su accionista mayoritario, la Fundación Novo Nordisk.
La fundación, que controla la mayoría de los derechos de voto a través de su brazo inversor, Novo Holdings, ha criticado a la junta saliente por su lento ritmo de adaptación a los desafíos del competitivo mercado estadounidense y por la falta de acción en sectores de rápido crecimiento, como la venta directa al consumidor.
Así, mientras Novo Nordisk enfrenta retos internos y de mercado, su rival Pfizer se posiciona para aprovechar nuevas oportunidades en el crecimiento del sector farmacéutico.
