Centrales Nucleares Catalanas toman la delantera para evitar su cierre siguiendo el modelo de Almaraz

Las Nucleares Catalanas Argumentan su Prolongación: Riesgo de Apagón, Beneficios Millonarios y Ejemplo del Reactor de EE.UU.

Las plantas nucleares de Ascó y Vandellòs, situadas en Cataluña, están gestionando su futuro con la intención de prolongar su actividad más allá de las fechas de cierre previstas, siguiendo el ejemplo de la central de Almaraz en Extremadura. Anav, la compañía que administran Endesa e Iberdrola, argumenta que aún tienen mucho que ofrecer y que la seguridad de sus instalaciones está asegurada, a pesar de un plan de cierre acordado en 2019 que estipula el final de Ascó I en octubre de 2030, Ascó II en septiembre de 2032 y Vandellòs en febrero de 2035.

Propuestas de Anav para la extensión de actividad

Anav está promoviendo su caso basado en varios factores clave:

  • Inversiones constantes: La empresa realiza anualmente 90 millones de euros en mantenimiento, distribuidos en 30 millones por cada reactor.
  • Oportunidades laborales: Mantienen una plantilla joven, con una edad media de 46 años y un 20% de profesionales con títulos universitarios avanzados.
  • Lecciones del pasado: La crisis energética de abril de 2022 evidenció la alta dependencia energética y alteró la percepción pública sobre la energía nuclear.

El director general de Anav, Paulo Santos, enfatiza que mientras sus reactores cesarían operaciones con una media de 46 años de actividad, Estados Unidos permite que centrales similares operen hasta 80 años, incluso se están considerando extensiones hasta 100 años. Un claro ejemplo es la central North Ann, en Virginia, que recibió la aprobación del Nuclear Regulatory Commission (NRC) para operar hasta 2060.

El papel de la energía nuclear en Cataluña

Desde su puesta en marcha, Ascó I y II y Vandellòs II han marcado la pauta en la generación de energía. Ascó I inició su actividad en diciembre de 1984, Ascó II en marzo de 1986, y Vandellòs II en marzo de 1988. En Cataluña, la energía nuclear representa un 51% del consumo eléctrico, en contraste con el 20% a nivel nacional.

sin la energía proporcionada por estas plantas, Cataluña necesitaría sumar 8.000 megavatios (MW) de energía eólica o 12.000 MW de energía solar. Sin embargo, la capacidad actual de estas energías renovables no llega a 4.000 MW. Para lograr este objetivo, se estima que el 1,2% del territorio de Cataluña debe destinarse a instalaciones eólicas y solares, lo que equivaldría a 383 kilómetros cuadrados.

Barreras a la expansión de energías renovables

El avance de proyectos de energías renovables enfrenta desafíos significativos, especialmente en Tarragona. Un pequeño parque eólico que busca instalar seis aerogeneradores ha enfrentado resistencia de varios municipios cercanos, preocupados por el impacto visual y la ocupación del paisaje.

Asimismo, los huertos solares también han suscitado críticas. La entidad ecologista Gepec–Ecologistes de Catalunya ha presentado alegaciones contra proyectos en el Penedès, destacando el impacto ambiental y la alteración de hábitats de especies protegidas.

Además, la variabilidad de incentivos económicos perjudica la inversión en energías renovables en Cataluña. Las tasas para instalar sistemas eólicos pueden ascender hasta 130.000 euros, un costo considerablemente más alto que en otras comunidades autónomas como Andalucía o Castilla y León, donde las tasas rondan los 30.000 euros.

De acuerdo con las proyecciones del Govern de la Generalitat, para 2050 se requerirán 62.000 megavatios provenientes de fuentes renovables para satisfacer la demanda energética. Sin embargo, depender exclusivamente de techos y áreas no utilizadas podría limitar la capacidad a tan solo 14.000 megavatios. La clave estará en encontrar un equilibrio que permita el desarrollo sostenible de las energías renovables, sin comprometer el entorno ni la postura de las comunidades locales.