La baronesa de Rothschild advierte: 'Antes de aumentar los impuestos a los ricos, los gobiernos deben revisar la gestión de sus presupuestos'

La baronesa de Rothschild advierte: ‘Antes de aumentar los impuestos a los ricos, los gobiernos deben revisar la gestión de sus presupuestos’

Ariane Langer: La baronesa de Rothschild que desafía convenciones

El apellido Rothschild evoca instantáneamente riqueza, poder e intrigas. Durante 250 años, esta dinastía ha moldeado la historia a través de su considerable influencia financiera, desde las guerras napoleónicas hasta el desarrollo del canal de Suez y el establecimiento del Estado de Israel. Fundado por Mayer Amschel en el gueto de Fráncfort a finales del siglo XVIII, el legado familiar se ha transmitido con una estricta regla: los negocios solo para los hombres del clan y la preservación de su herencia judía. Sin embargo, hoy, su líder es una mujer sin la sangre Rothschild en sus venas.

Ariane Langer, nacida hace 59 años en San Salvador, se ha convertido en la baronesa de Rothschild. Creció en un entorno diverso, viajando por varios países de América Latina y África debido al trabajo de su padre en una multinacional. Fue en Francia, el país de su madre, donde comenzó su formación académica. Tras obtener un MBA en la universidad de Pace en EE.UU., empezó su carrera en AIG, donde su camino se cruzó con el de Benjamin de Rothschild, de la séptima generación de banqueros de la familia.

Un legado financiero y un desafío diario

La familia Rothschild expandió su imperio bancario en el siglo XIX, enviando a varios de sus hijos a otras capitales europeas para consolidar su modelo de negocio. La línea británica y la francesa florecieron, siendo esta última la actual sede del grupo Edmond de Rothschild. Tras la muerte de Benjamin en 2021, Ariane asumió el mando de un banco que gestiona activos valorados en casi 200.000 millones de euros, enfrentando el desafío de mantener una fortuna de 5.300 millones en un entorno competitivo.

Aunque su trayectoria no estaba ligada al sector bancario originalmente, Ariane define su carrera por «tener convicciones fuertes». Su liderazgo, directo y sin rodeos, es una herramienta en un mundo tradicionalmente masculino y conservador. «Trabajé el doble que ellos», revela, refiriéndose a su lucha por el respeto en un entorno repleto de prejuicios.

Decisiones difíciles y la búsqueda de un legado

Como líder, ha tomado decisiones complejas, como excluir a su banco de la Bolsa y centrarse en la búsqueda de nuevos clientes en regiones emergentes como el Golfo y Asia. Además, ha navegando por contenciones legales familiares, enfrentándose a sus primos de Rothschild & Co, así como a su suegra por la gestión del rico patrimonio artístico de la familia.

El conflicto familiar también ha abordado temas como la preservación de su legado en las obras de arte de la colección familiar. «Las colecciones deben ser transmitidas intactas», sostiene, reflejando su compromiso con la continuidad del legado Rothschild.

Futuro y desafíos en un mundo cambiante

Ariane también tiene una visión a largo plazo para sus hijas, quienes, según ella, enfrentarán una realidad diferente llena de expectativas y comparaciones. Su enfoque es darles espacio para crear su propio camino, enfatizando que cada generación debe superar a la anterior.

En su visita a Madrid, donde celebró el 25 aniversario de su filial, habló sobre la versatilidad del grupo y su compromiso social en los mercados donde opera, como España y Francia. «Queremos ser innovadores y escuchar a nuestros clientes», comenta, subrayando la importancia de crear soluciones personalizadas.

Conclusiones sobre un legado de filantropía

El imperio de los Rothschild no se limita a la banca. Desde la fabricación de perfumes hasta la vinicultura, pasando por proyectos inmobiliarios de lujo, la familia tiene una presencia significativa en múltiples sectores. El vino, especialmente, ha sido una parte crucial de su legado, produciendo anualmente millones de botellas de renombre internacional.

A pesar de los altos estándares de calidad y el reconocimiento global, Ariane reafirma: «Un buen vino es aquel que te hace feliz», destacando la importancia del contexto y la compañía.

Mientras mira hacia el futuro, la baronesa persiste en su misión de preservar el legado familiar entre sus cuatro hijas, dedicando tiempo a la agricultura en su hogar en Mallorca, donde cultiva olivos autóctonos. «Allí, apago el móvil y soy feliz», concluye, evidenciando cómo equilibrar tradición y modernidad es parte de su visión integral.

Amanda Langer no solo es la baronesa de Rothschild; es una pionera que rompe esquemas y redefine un legado familiar de dos siglos y medio.