La Casa de la Moneda de Estados Unidos ha cerrado un capítulo histórico este miércoles al acuñar la última moneda de un centavo de dólar, un acto que pone fin a 232 años de moneda en curso legal. El tesorero de la nación, Brandon Beach, fue el encargado de llevar a cabo este significativo evento en la icónica Casa de la Moneda en Filadelfia.
Fin de una Era: El Último Centavo
Esta decisión se enmarca en la orden del presidente Donald Trump, emitida a principios de año, para frenar la producción de peniques debido a su elevado costo y escasa relevancia. Fabricar un centavo cuesta actualmente 3,7 centavos, una situación que convierte a cada moneda en un gasto neto de casi el 400% de su valor. Este dilema se ha agravado también con el aumento de costos cada año, que en 2024 se incrementó en un 20%, según revela el informe anual de la Casa de la Moneda. El aumento en el precio de los materiales —principalmente zinc y cobre— ha disparado aún más el gasto.
“Durante demasiado tiempo, hemos acuñado monedas que nos cuestan más de dos centavos. ¡Eso es un despilfarro enorme!”, escribió Trump en su red social Truth, destacando la necesidad de un cambio.
Un Símbolo Cultural
La moneda de un centavo, que representa la centésima parte del dólar, nació en 1793 en Filadelfia bajo la dirección de Alexander Hamilton, primer secretario del Tesoro de EE. UU. Al ser 168 años más duradera que el medio centavo, el penique se ha mantenido vigente mientras monedas como el medio dólar y el dólar son ahora casi una rareza.
Aunque la producción cesa, los peniques seguirán en circulación. Se estima que aún existen alrededor de 250 mil millones de centavos en el país, según la Asociación de Banqueros Estadounidenses. La disminución del uso del dinero en efectivo, impulsada por el auge de los pagos digitales, ha llevado a una escasez de estas monedas en las transacciones cotidianas, provocando presiones de comerciantes al Congreso para permitir el redondeo en pagos en efectivo.
Un Legado Nostálgico
Los peniques han dejado una huella cultural en Estados Unidos, inspirando frases célebres y simbolizando la inocencia de la infancia, cuando se utilizaban para comprar dulces o dar propinas. Sin embargo, hoy en día, muchos terminan olvidados en tarros o cajones.
Sorprendentemente, algunos centavos pueden valer grandes sumas. Monedas raras, especialmente aquellas con errores de acuñación, se han convertido en tesoros para coleccionistas. Un ejemplo son los centavos de cobre de 1943, cuyas versiones erradas pueden alcanzar altas cotizaciones en el mercado.
Brandon Beach anunció que las últimas monedas acuñadas serán subastadas, marcando así el final de un periodo. Las últimas monedas puestas en circulación fueron acuñadas en junio, dejando atrás un legado que, aunque se extingue, siempre será recordado.
Como concluye un artículo de un medio especializado, “la necesidad de abolir el centavo ha sido evidente para quienes tienen el poder, transformando la moneda en un simbolismo de una podredumbre más profunda en el sistema.”
A medida que el dólar avanza hacia un futuro más digital, el último centavo se convierte en un recordatorio tangible de un pasado que muchos seguramente recordarán con cariño.
