El Reino Unido avanza en la regulación de activos digitales
Este lunes, el Banco de Inglaterra (BoE) ha dado un paso significativo en su enfoque hacia la regulación de las monedas digitales. En un reciente documento de consulta, la entidad ha propuesto un marco normativo para las monedas estables, vitales en el ecosistema financiero actual. La propuesta incluye establecer límites sobre la cantidad que pueden poseer individuos y empresas, con el fin de salvaguardar la estabilidad del sistema financiero.
Límites propuestos para la tenencia de monedas estables
Según el documento, se prevén topes de hasta 20.000 libras esterlinas para los usuarios individuales y de 10 millones de libras para la mayoría de las empresas. Sin embargo, las compañías más grandes podrían estar exentas o tener permisos para retener montos mayores. El objetivo de estas restricciones es mantener un acceso generalizado al crédito mientras el sistema financiero se ajusta a las nuevas realidades de la moneda digital.
Estos límites se aplicarán a las monedas estables que el Tesoro clasifique como sistémicas, es decir, aquellas utilizadas en transacciones minoristas y empresariales que puedan influir en la estabilidad financiera del país. La preocupación del Banco de Inglaterra, similar a la de otras autoridades monetarias, radica en la posibilidad de que los usuarios dejen de utilizar cuentas bancarias tradicionales, lo que limitaría la capacidad de las entidades financieras para otorgar créditos.
Una regulación más cautelosa que en otras jurisdicciones
Con estos movimientos, el BoE adopta un enfoque más cauteloso en comparación con otras regiones. Por ejemplo, la regulación MiCA de la Unión Europea no define límites de tenencia, ni tampoco el Genius Act en Estados Unidos. Sin embargo, existe la discusión sobre establecer un límite para el euro digital, diseñado por el Banco Central Europeo, para evitar una fuga masiva de depósitos hacia esta moneda digital.
El Banco de Inglaterra también contempla que los emisores de las monedas estables sistémicas puedan mantener hasta un 60% de sus activos en deuda pública británica a corto plazo, con un mínimo del 40% en depósitos no remunerados en el banco central. La intención es garantizar suficiente liquidez ante posibles retiradas masivas. Aunque esta medida podría fomentar la demanda de letras del Tesoro, el BoE reconoce que el mercado actual puede no tener la capacidad de absorber dicha demanda.
Supervisión y el futuro de las monedas estables
Además, la propuesta establece diferentes niveles de supervisión en función de la relevancia y adopción de estas monedas. Mientras que las monedas estables no sistémicas estarán bajo la regulación de la Autoridad Financiera del Reino Unido (FCA), las sistemáticas recibirán un control más riguroso tanto del regulador en cuanto a conducta y protección al consumidor, como del Banco de Inglaterra en aspectos de estabilidad financiera.
El Banco de Inglaterra valora el potencial de las monedas estables para revolucionar los sistemas de pago, gracias a su rapidez y eficiencia. Sin embargo, las autoridades están decididas a mitigar cualquier riesgo asociado a un mercado emergente, especialmente cuando el interés por este tipo de activos está en aumento.
La normativa británica se espera que esté finalizada en el segundo semestre del próximo año. Sarah Breeden, vicegobernadora para la Estabilidad Financiera del BoE, afirmó que “nuestro objetivo sigue siendo impulsar la innovación y generar confianza en esta forma emergente de dinero”. Breeden enfatizó que se han considerado las opiniones del sector para crear un marco regulativo claro, que brinde a los emisores la seguridad necesaria para planificar el futuro.
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