La energía nuclear está resurgiendo con fuerza, marcando un nuevo capítulo en la historia de la industria energética. Después de una importante caída de inversiones tras el accidente de Fukushima en 2011, el panorama ha cambiado radicalmente, impulsado por la guerra en Ucrania y la creciente demanda de energía impulsada por la inteligencia artificial.
El Resurgimiento de la Energía Nuclear
Con la necesidad de diversificar las fuentes de energía y reducir la dependencia del petróleo ruso, muchos países están mirando nuevamente hacia la energía nuclear. Un evento clave fue el anuncio del gobierno de EE. UU. el 28 de octubre sobre un contrato público-privado valorado en 68.750 millones de euros para la construcción de reactores nucleares a gran escala. Este impulso ha animado a los inversores, llevando a Cameco, la principal minera de uranio, a un aumento del 23% en su cotización, el mayor desde 2008.
Inversores Apostando por el Futuro Nuclear
El optimismo entre los inversores se traduce en rendimiento: los fondos que siguen a las empresas nucleares han obtenido un retorno del 65% a inicios de noviembre de 2025, superando incluso a otros sectores. Según un informe de Bloomberg, los fondos vinculados a la energía nuclear han demostrado ser más rentables que los de metales de energías sostenibles y sectores de alta tecnología.
En este contexto, Barclays indica que existe un entorno político favorable hacia la energía nuclear, dada su capacidad de funcionar prácticamente las 24 horas del día. Por ejemplo, la central de Cofrentes en Valencia puede abastecer a alrededor de dos millones de hogares anualmente, mientras que el futuro parque eólico del Maestrazgo en Teruel, que será el más grande de España, proyecta cubrir solo 550.000.
Proyecciones a Largo Plazo
Estados Unidos ha estado invirtiendo masivamente desde 2021 en el sector nuclear y países como Francia y Japón siguen su camino con ambiciosos planes de expansión. Francia destinará unos 50.000 millones de euros hasta 2050 para construir nuevos reactores, y Japón planea triplicar su participación nuclear en la producción energética en los próximos cinco años.
Sin embargo, para mantener este impulso, es crucial que la industria aborde el manejo de residuos radiactivos, un tema que no puede ser ignorado si se desea asegurar un apoyo político duradero y la confianza del público.
Riesgos en el Horizonte
A pesar del crecimiento actual, las inversiones en energía nuclear no están exentas de riesgos. La energía nuclear es considerablemente más cara que las energías renovables, y decisiones políticas aún marcan el futuro de la construcción de nuevas plantas.
Recientemente, el rendimiento de los fondos nucleares se ha visto afectado por preocupaciones sobre la escasez de uranio y su relación directa con las tendencias en inteligencia artificial. Si bien estos fondos alcanzaron un retorno del 90% tras el anuncio de construcción en EE. UU., han caído al 65% actualmente.
Inversiones Diversificadas
Las inversiones en el sector son variadas. Empresas mineras como Cameco y Uranium Energy han visto incrementos significativos en sus acciones, pero enfrentan el desafío del agotamiento de recursos. Por otro lado, las empresas eléctricas están lidiando con sobrecostos en la construcción de nuevos reactores, que son más caros que las plantas solares y eólicas.
Con un enfoque en tecnologías emergentes, muchos fondos están invirtiendo en compañías como Oklo, que están desarrollando mini reactores nucleares. Estos reactores más pequeños son considerados una solución viable para el futuro energético, ya que muestran flexibilidad y tiempos de construcción significativamente menores.
Demandas de Uranio Físico
La compra de uranio físico también ha cobrado impulso, con fondos como Sprott Physical Uranium liderando esta tendencia. El precio del uranio ha aumentado un 20% en 2025, en parte gracias a la reducción de las exportaciones rusas hacia EE. UU. Las proyecciones apuntan a que la demanda superará a la oferta en las próximas décadas, lo que podría elevar aún más su precio.
La energía nuclear está en la encrucijada: enfrentando desafíos y oportunidades en un mundo que cada vez valora más la sostenibilidad. A medida que avanzamos, es fundamental seguir de cerca las evoluciones en este sector clave para el futuro energético global.
