"Diferencias de hasta 230 euros en la nueva tasa de basuras entre capitales de provincia"

«Diferencias de hasta 230 euros en la nueva tasa de basuras entre capitales de provincia»

La nueva tasa de recogida y gestión de residuos en España ha desatado un torrente de descontento entre los ciudadanos, revelando disparidades financieras que resultan sorprendentes. Según datos del Observatorio de la Fiscalidad de los Residuos de la Fundación ENT, la diferencia en la factura de basuras entre varias capitales de provincia puede alcanzar los 230 euros al año. En localidades como Valencia, un hogar típico paga 287,5 euros anuales, mientras que en Toledo la cifra se desploma hasta 56,9 euros. Esta brecha subraya el caos que ha generado el nuevo impuesto.

Un marco normativo confuso

Los inspectores de Hacienda describen esta situación como un auténtico galimatías. La regulación, poco clara y apresurada, ha dejado a los municipios con la responsabilidad de crear sus propias ordenanzas sin guías adecuadas. En 2022, el Gobierno español delegó esta tarea en los ayuntamientos a través de una orden publicada en el Boletín Oficial del Estado. El único requisito: el nuevo gravamen debía cubrir el 100% del costo de recogida y gestión de residuos.

La idea detrás de esta tasa se alinea con el principio de «pago por generación», estipulado por la directiva europea de residuos, la cual establece objetivos ambiciosos de reciclaje: 55% para 2025 y 65% para 2035. Sin embargo, mientras algunos municipios han intentado cumplir con esta directriz, otros han optado por tasas mal diseñadas, generando un caldo de cultivo para reclamaciones y devoluciones.

Desigualdades alarmantes

Juan Ignacio Gomar, miembro del comité de expertos de la Asociación Nacional de Inspectores de la Hacienda Pública Local, advierte que esta nueva tasa crea una gran desigualdad. Las cantidades que se cobran si varían ampliamente entre municipios, lo que provoca frustración y confusión entre los contribuyentes. Recuerda que la Comisión Europea no obligaba a España a instaurar un nuevo impuesto y que, en algunos casos, los costos han aumentado abruptamente, sin que los ciudadanos perciban mejoras en la gestión de sus residuos.

Carmen López Herrera, experta de la consultora Afi, señala que la adaptación de la directiva europea a la realidad española es un desafío. Las normativas contemplan incentivos para quienes generan su propio compost, pero esto no es viable en muchas ciudades densamente pobladas. La falta de un reglamento claro solo complica más el panorama.

Proyecciones y conflictos legales

Para 2025, se estima que un hogar tipo en España (valor catastral de 64.295 euros, dos adultos y 964 kilos de residuos al año) pagará una cuota de 116,32 euros, lo que representa un aumento del 16,2% respecto al año anterior. Esta subida se sitúa muy por encima del IPC y marca un récord.

La Fundación ENT también ha estudiado las cuotas que abonan las empresas según el tamaño de la ciudad. Las discrepancias en las ordenanzas fiscales son notables, reflejando criterios como tipo de actividad y localización del negocio. Así, los hoteles en municipios pequeños y los supermercados en ciudades grandes enfrentan las tarifas más elevadas.

La controversia en torno a la tasa de basuras ha llevado a un aumento en los recursos legales, recogidas de firmas y debates políticos entre los municipios. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha solicitado a la Comisión Europea que examine la aplicación de la directiva de residuos, al observar que muchas capitales, como Badajoz y Guadalajara, imponen tarifas fijas que no cumplen con el principio de «quien contamina paga».

La Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) también ha alzado la voz, considerando que el sistema actual es «injusto y poco transparente». Igualmente, Facua, la asociación de consumidores, ha facilitado un formulario para ayudar a los contribuyentes a presentar reclamaciones.

Con esta situación en evolución, algunos tribunales ya actúan; el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha anulado la tasa en León, mientras que el ayuntamiento de Leganés se enfrenta a la aplicación del impuesto y ha convocado a los ciudadanos a firmar en contra de esta situación. La lucha por una tasa de basuras más justa y equilibrada está en marcha.