Warren Buffett, el inversor más célebre del mundo y conocido como el Oráculo de Omaha, está dando pasos decisivos hacia su retirada del ojo público. Con 95 años, ha anunciado que dejará su puesto como CEO de Berkshire Hathaway, uno de los conglomerados financieros más grandes a nivel global, en enero próximo. Pero eso no es todo; su plan también incluye donaciones significativas a las fundaciones de sus hijos, ascendiendo a 1.300 millones de dólares.
Un Legado de Generosidad
Buffett, quien se ha convertido en leyenda a lo largo de su carrera, destacó en una reciente carta a sus inversores que sus hijos, de 72, 70 y 67 años, están en una etapa compleja de sus vidas. Para asegurar que su herencia se utilice adecuadamente, ha decidido acelerar las donaciones. “Quiero incrementar la cantidad que dono a sus fundaciones mientras todavía estoy vivo”, explicó.
El inversor dejó claro que no seguirá publicando sus célebres cartas anuales a los accionistas. Sin embargo, planea continuar escribiendo misivas con motivo del Día de Acción de Gracias.
De Inversor a Filántropo
Desde sus comienzos en la inversión, Buffett ha transformado una pequeña empresa textil en un imperio con participaciones en titanes como Apple, Coca-Cola y American Express. “Ya no participaré en la junta general de Berkshire”, anunció con su característico humor británico. En su carta, reflexionó sobre la longevidad y las inevitables dificultades de la vejez, con tono ligero y autocrítico.
Además, Buffett ha confirmado que Greg Abel, de 63 años y su mano derecha, será su sucesor, quien heredará 382.000 millones de dólares en efectivo. Aunque se está preparando para el final de su trayectoria, Buffett ha prometido mantenerse activo: “Me sorprende sentirme bien. Aún voy a la oficina cinco días a la semana”, aseguró.
Reestructuración Familiar
Dentro de su estrategia, Buffett convertirá 1.800 acciones de Berkshire en 2,7 millones de acciones Clase B, las cuales donará a las fundaciones familiares. Esto incluye 1,5 millones de acciones para la Susan Thompson Buffett Foundation, en honor a su difunta esposa, y 400.000 para cada una de las fundaciones de sus hijos.
Reflexionando sobre el futuro, Buffett comentó que aunque sus hijos poseen la experiencia y la sabiduría necesarias, la vejez es un proceso que no se puede ignorar. Aunque se queda con acciones tipo A hasta que los accionistas confíen plenamente en Abel, Buffett hizo hincapié en su repudio al concepto de “riqueza dinástica” y el deseo de algunos de acumular riquezas solo para ser admirados.
Un Mensaje de Sabiduría
En su carta a los accionistas, Buffett también abordó el tema de la avaricia en el mundo empresarial. Alertó sobre cómo la competencia por salarios elevados ha derivado en un ciclo de envidia y codicia entre los ejecutivos. “Cada vez que un CEO muy rico ve que otro se enriquece aún más, la envidia florece”, apuntó.
Finalmente, Buffett instó a Berkshire a rechazar a futuros líderes que estén únicamente interesados en acumular riqueza por ostentación o establecer dinastías. Su legado, más allá de los números, se centra en la bondad y la generosidad, pilares que parecen guiar su camino hacia la retirada.
