El crecimiento imparable de la inteligencia artificial y las criptomonedas está impulsando la rápida expansión de los megacentros de datos. Sin embargo, este auge plantea preocupaciones serias respecto a su impacto ambiental. Un reciente informe titulado El nexo entre el agua y la energía, elaborado por el Relator Especial de Naciones Unidas sobre el derecho humano al agua y al saneamiento, subraya que este desarrollo está generando una demanda alarmante de agua y un aumento significativo en el consumo de electricidad, lo que podría comprometer ecosistemas acuáticos y crear un futuro insostenible.
La advertencia de la ONU sobre los centros de datos
Por primera vez, la ONU lanza una alerta explícita sobre los efectos negativos de los centros de datos, que son fundamentales para la digitalización actual. Estos espacios, donde se almacenan nuestros datos en la nube y se realizan cálculos esenciales, requieren un considerable nivel de energía y agua para su funcionamiento continuo. Según el informe, aunque el número exacto de estos centros es incierto, se estima que hay más de 10,000 en el mundo. En este contexto, el expresidente de EE.UU., Donald Trump, anunció inversiones de 500,000 millones de dólares en cuatro años para fomentar la inteligencia artificial, lo que incluiría la construcción de más centros de datos y plantas energéticas.
Una estrategia insostenible
El llamado de la ONU, realizado por el español Pedro Arrojo, enfatiza la necesidad de una moratoria en la construcción de nuevos centros hasta que se comprendan mejor sus impactos ambientales. El informe sugiere que los Estados y organizaciones internacionales deben asegurar transparencia sobre el consumo de recursos, así como establecer prioridades en caso de escasez de agua, en un intento por equilibrar las necesidades de esta nueva industria con los derechos humanos y la sostenibilidad ambiental.
Opacidad y falta de información
Uno de los mayores retos que enfrenta esta industria es la falta de transparencia. En Irlanda, un país con alta concentración de centros de datos, se reveló que no existe un registro claro sobre el consumo de agua y energía por parte de estas instalaciones. Esta situación plantea interrogantes críticos: ¿Qué sucederá durante periodos de sequía? ¿Tendrán prioridad sobre otras necesidades como el riego o el suministro de agua potable?
Impacto en la demanda de agua y energía
El informe del Relator detalla que, en 2018, los centros de datos en EE.UU. consumieron 513 millones de m³ de agua, ubicándolos entre las diez industrias con mayor uso de este recurso en el país. Para 2027, se proyecta que la demanda de agua atribuida a la inteligencia artificial podría variar entre 4,200 y 6,600 millones de m³.
Desde el punto de vista energético, se estima que para el año 2030, el 12% de toda la electricidad de EE.UU. podría estar destinada a estos centros, alimentando así un creciente debate sobre la crisis energética. Algunas empresas están considerando usar reactores nucleares de bolsillo para satisfacer esta demanda disparada.
Consecuencias para el medio ambiente
El informe señala que el aumento de la demanda energética podría forzar la reactivación de grandes proyectos hidroeléctricos y plantas térmicas, lo que resulta en un ciclo perjudicial para el medio ambiente que potenció el cambio climático. Gigantes como Amazon, Google, Meta y Microsoft están buscando asociaciones con la industria de los hidrocarburos, incluso considerando la construcción de centrales nucleares.
En resumen, el rápido crecimiento de la inteligencia artificial y los centros de datos amenaza con socavar los planes de mitigación ya establecidos y presenta serias competencias con otras demandas de recursos básicos. Pedro Arrojo finaliza enfatizando que la actual trayectoria es insostenible y demanda una moratoria urgente: “Nos enfrentamos a un suicidio anunciado debido a la presión de las criptomonedas y la IA”, advirtiendo que es fundamental revisar y regular el consumo en esta nueva realidad tecnológica.