La agencia de calificación crediticia Moody’s ha decidido mantener la calificación de la deuda soberana de Francia en Aa3, sorprendiendo a los analistas del mercado que esperaban un cambio. Sin embargo, también ha revisado su perspectiva a negativa, convirtiéndose en la única de las tres grandes agencias que otorga a Francia una calificación doble A, una señal de deuda de alto grado. En contraste, Fitch y S&P rebajaron recientemente la calificación a A+, en medio de una creciente inestabilidad política que pone a prueba al primer ministro, Sébastien Lecornu.
### Un panorama político complicado
La situación política en Francia es tensa. Lecornu, que fue nombrado primer ministro el 10 de octubre tras una breve renuncia, enfrenta una posible moción de censura. El panorama se agrava con exigencias del Partido Socialista, que ha amenazado con destituirlo si no se proponen aumentos de impuestos, especialmente para los más ricos, entre 15,000 y 20,000 millones de euros para el presupuesto de 2026, con el fin de estabilizar las cuentas.
Olivier Faure, líder del Partido Socialista, subrayó en la cadena BFM que si no hay cambios significativos en la legislación antes del lunes, el futuro del proyecto de presupuestos y el sistema de seguridad social quedaría en un limbo total. En caso de que Lecornu caiga, es probable que Francia se enfrente a nuevas elecciones legislativas, lo que podría incrementar aún más la inestabilidad y afectar a los mercados.
### Reacciones en el mercado
La reciente rebaja de S&P a la deuda soberana francesa, pasando de AA- a A+, ha intensificado las preocupaciones acerca de la prima de riesgo del país. Aunque todavía no se ha alcanzado el nivel máximo registrado tras la dimisión de Lecornu, Francia ha perdido la calificación doble A en las tres principales agencias, lo que podría impactar a ciertos fondos de inversión con criterios estrictos.
### Comparativa con España
Mientras este torbellino afecta a Francia, España parece disfrutar de un aire rejuvenecido. Moody’s y Fitch han elevado recientemente la calificación de España, resaltando la fortaleza y resiliencia de su economía. Según la OCDE, se pronostica que España cierre el año con un crecimiento del PIB del 2.6%, mientras que el avance de Francia será de solo un 0.6%.
Días más tarde, el Financial Times describió a España como la economía más destacada de Europa en medio de un contexto en el que la mayoría de los países del continente experimentan un desempeño decepcionante. Con estas cifras y situaciones, se hace evidente el contraste entre ambos países y las implicaciones que esto tiene para sus poblaciones y economías en el futuro.
