La inteligencia artificial está revolucionando el complicado universo de la robótica humanoide. En un descubrimiento reciente de Revista Emprendimiento, se reveló que dos compañías emergentes de Silicon Valley, cada una con más de 100 millones de dólares en financiación, están desarrollando en secreto robots con apariencia humana, diseñados para asumir tareas habitualmente realizadas por personas.
Rhoda AI, con sede en Palo Alto, destacó al recaudar 162.6 millones de dólares en una ronda Serie A en abril, llevando su financiación total a 230 millones y la valorización de la empresa a casi 1 mil millones de dólares, según reveló Pitchbook. La compañía se centra en crear una «plataforma de manipulación bimanual de propósito general», es decir, un robot humanoide dotado de dos brazos. Una fuente al tanto de sus planes ha indicado que este innovador humanoide tendrá la capacidad de levantar objetos pesados, una habilidad crítica en muchos entornos industriales. A muchos de los robots humanoides actuales les cuesta levantar más de 50 libras sin comprometer su equilibrio y estabilidad.
Fundada por Jagdeep Singh, quien también lidera Quantumscape —con una capitalización bursátil de 9.650 millones de dólares—, Rhoda ha estado bajo su dirección desde 2024. El equipo fundador incluye reconocidos expertos como Gordon Wetzstein de Stanford y Vincent Clerc, anteriormente asociado a Softbank con el popular robot humanoide Pepper. La compañía optó por no emitir comentarios adicionales.
Por otro lado, Genesis AI, una startup dedicada a la robótica integral, ha asegurado 105 millones de dólares en una ronda de capital semilla a principios de este año, contando con el respaldo de inversores como Khosla Ventures y Eric Schmidt. Documentos internos detallan que están desarrollando un robot humanoide con dos brazos, pero en lugar de piernas, utiliza ruedas. Genesis AI planea ofrecer robots más accesibles y seguros en comparación con otros, como el famoso Optimus de Tesla.
El director ejecutivo de Genesis AI, Zhou Xian, destacó que su enfoque se centra en colaborar con proveedores de hardware para crear robots personalizados, en lugar de construir humanoides desde cero. La compañía se dedica principalmente a entrenar modelos de software que controlarán estos robots.
Ambas startups, Genesis AI y Rhoda AI, se suman a un creciente grupo de empresas emergentes que han movilizado significativos recursos para desarrollar humanoides destinados a aplicaciones industriales y domésticas, como el sencillo acto de doblar ropa. Este sector se ha vuelto enormemente atractivo para los inversores: Figure AI, por ejemplo, anunció en septiembre haber recaudado más de mil millones de dólares, alcanzando una valoración asombrosa de 39 mil millones. Entre sus competidores mejor financiados se encuentran Tesla, que está trabajando en su robot Optimus, y 1X, que reportedly está en proceso de recaudar mil millones de dólares.
A pesar de la euforia que rodea a este campo emergente, persisten dudas sobre su disposición para el mercado. Como señala Kane Hsieh, socio general de Root Ventures, “los avances en modelos de lenguaje han generado expectativas sobre el futuro de la robótica, pero es peculiar observar saltos a rondas de financiación de 100 millones sin la madurez que se esperaría”.