El patrimonio familiar en España se expande impulsado por la euforia bursátil y el creciente interés en inversiones. La riqueza financiera neta de los hogares españoles, que se calcula restando las deudas de los ahorros, alcanzó la impresionante cifra de 2,49 billones de euros en el segundo trimestre de este año. Este récord histórico representa un aumento del 9,3% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Si consideramos el patrimonio bruto, la cifra asciende a 3,28 billones de euros, equivalente al 200,9% del PIB, lo que significa un incremento del 7,8% respecto al ejercicio anterior. Estos datos son parte de las estadísticas que ha publicado el Banco de España en su informe Cuentas financieras de la economía española.
Un crecimiento alentador
El Banco de España destaca que más de la mitad del aumento en la riqueza familiar—que incluye depósitos, acciones y fondos de inversión—es resultado de la revalorización de los activos financieros, con un incremento interanual que supera los 238.000 millones de euros. En detalle, este crecimiento patrimonial se compone de 155.000 millones provenientes del aumento de valor de los instrumentos que poseen las familias y 80.200 millones atribuibles a nuevas adquisiciones netas desde finales del segundo trimestre de 2024.
Evolución de los mercados financieros
Los mercados están en plena efervescencia, y el Ibex 35, el principal índice bursátil español, está alcanzando máximos históricos. Hasta ahora, se ha revalorizado más del 30% en lo que va del año, coqueteando con la simbólica barrera de los 16.000 puntos, un nivel que no se veía desde 2007. Este rally bursátil ha sido impulsado en gran medida por un sector bancario que, tras ser saneado tras la Gran Recesión, ha experimentado un notable crecimiento gracias a las recientes subidas de tipos de interés y mayor rentabilidad para los accionistas.
La empresa española también muestra signos de exuberancia. Las grandes compañías que cotizan en el Ibex 35 reportaron un aumento de más del 7% en sus beneficios durante el primer semestre, a pesar de un entorno internacional complejo poblado de tensiones geopolíticas y disputas comerciales. Además, la economía española crece al doble que la media de la eurozona, el empleo alcanza cifras récord, los salarios reales están recuperando poder adquisitivo, y el turismo sigue siendo un motor fundamental de la actividad económica. Estos factores han contribuido a una mejora en la calificación crediticia de la deuda soberana de España.
Análisis de las deudas
En cuanto a los instrumentos financieros, el Banco de España señala que la revalorización de los activos se ha concentrado principalmente en participaciones de capital. Por el lado de las nuevas adquisiciones, los fondos de inversión y depósitos son los que lideran. Estos últimos, junto al efectivo, constituyen la mayor parte de la riqueza de los hogares, representando el 34,4% del total, con un aumento del 3,5% en el año. Las participaciones de capital, por su parte, han registrado el mayor aumento anual, alzándose un 13%.
Aunque la deuda de las familias ha aumentado un 2,6% en comparación con el año pasado, llegando a 719.000 millones de euros, su peso respecto al PIB ha caído más de un punto, situándose en el 44%, la menor ratio en más de dos décadas. La deuda empresarial también creció, un 1,6%, hasta 1,02 billones de euros, pero su proporción respecto al PIB ha caído al 65,1%, el nivel más bajo desde 2001.
En cifras absolutas, la deuda total de familias y empresas se elevó hasta 1,7 billones de euros al final de junio, marcando un aumento del 2% respecto al segundo trimestre de 2024. Sin embargo, en relación al PIB, esta tasa ha continuado su tendencia a la baja, alcanzando el 106,5%, en comparación con el 110,5% del mismo período del año anterior.
