Este impacto es especialmente visible entre esta generación, donde un 48% de los españoles sostiene que viajar les ayuda a gestionar el estrés y la ansiedad. La encuesta de WeRoad confirma que los viajes han evolucionado: ya no son meras excursiones culturales, sino una fuente vital de bienestar general y una forma efectiva de liberarse de la presión cotidiana.
No solo minimizan el estrés y la ansiedad, sino que también se convierten en una vía de escape para aquellos que buscan dejar atrás la rutina y el tedio (37%) o la falta de motivación (8%). “Cuidar de la salud mental se ha vuelto fundamental para las generaciones más jóvenes. Viajar se presenta como una vía más para alcanzar ese bienestar emocional, convirtiéndose en una herramienta de autodescubrimiento,” expresa Stefano Arossa, responsable de WeRoad en España e Italia.
Viajar: una solución a la soledad y la rutina
El estudio también resalta que viajar puede ser una “herramienta poderosa para reconstruir conexiones sociales y combatir la soledad”, un problema que afecta al 55% de los millennials, quienes se sienten solos en su día a día. De hecho, esta generación, reconocida por ser amante del viaje, prefiere compañía: un 36% elige escapadas con amigos, mientras que un 44% opta por unirse a grupos de desconocidos para establecer nuevas amistades. Sin embargo, un 20% de ellos también escoge viajar en solitario para desconectar.
A pesar de estas ventajas, el regreso a la rutina tras un viaje representa un desafío. Solo un 9% de los encuestados afirma sentirse refortalecido y listo para reintegrarse a su vida cotidiana, mientras que un 44% confiesa que le cuesta adaptarse y experimenta tristeza al volver.
“El viaje no culmina al aterrizar en casa. Las personas, las vivencias y las emociones acumuladas durante cada aventura son recuerdos que perduran y ayudan a enfrentar el regreso a la normalidad con una perspectiva renovada,” concluye Arossa.