Durante una mesa redonda en las Reuniones Anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI), Lagarde comentó: “Estamos en una buena posición y preparados para enfrentar futuras crisis, que indudablemente sucederán”.
El pasado 11 de septiembre, el Consejo de Gobierno del BCE decidió mantener sin cambios las tasas de interés. Así, la tasa de depósitos (DFR) se quedó en el 2%, mientras que la tasa de referencia para las operaciones principales de refinanciación (MRO) se mantuvo en el 2,15%, y la facilidad marginal de préstamo (MLF) quedó en 2,40%.
En cuanto a la proyección de inflación, se espera que cierre en un 2,1% para 2025, un 1,7% en 2026 y un 1,9% en 2027. Estos pronósticos han sido ajustados al alza en una décima para este año y el siguiente, mientras que para 2027 se ha reducido en una décima.
Si se excluyen los efectos de la energía y los alimentos, se anticipa que la inflación subyacente sea del 2,4% en 2025, del 1,9% en 2026 y del 1,8% en 2027. Estos valores se mantienen idénticos a los de junio, excepto para 2027, que disminuye en una décima.
Por otro lado, se proyecta que el crecimiento económico se sitúe en un 1,2% para 2025, tres décimas más que lo estimado en junio. La expectativa para 2026 se ha reducido en una décima, alcanzando el 1%, mientras que la previsión para 2027 se mantiene sin cambios en un 1,3%.
La capacidad de reacción del BCE ante posibles crisis económicas parece asegurada, lo que podría calmar los temores de los mercados y permitir un entorno más estable para la inversión y el crecimiento en la zona euro.
