Las tierras raras han sido un tema central en la reunión entre Donald Trump y Xi Jinping, celebrada recientemente en Corea del Sur, donde ambas potencias han alcanzado una tregua en sus tensiones comerciales. Durante el encuentro, el gobierno chino anunció nuevas restricciones a la exportación de estos recursos, lo que generó la ira de Trump por la posibilidad de imponer aranceles elevados de hasta un 130%.
### La importancia de las tierras raras en el comercio global
China controla aproximadamente el 69% de la extracción y el 90% del procesamiento de tierras raras, lo que le otorga una significativa ventaja en la negociación internacional. Según Norbert Rücker, director de investigación económica de Julius Baer, este control representa un elemento fundamental para sectores estratégicos como la defensa y la industria automotriz. Sin embargo, China también es consciente de que, si se muestra demasiado agresiva, podría perder su posición privilegiada.
“Si China actúa con dureza, otros países pueden desarrollar nuevas minas o refinerías, lo que rompería su monopolio”, sostiene Rücker. De hecho, hace una década, su dependencia de estas materias primas era aún mayor. En la actualidad, el mercado de tierras raras es pequeño, alcanzando apenas 6.500 millones de dólares en 2024, en comparación con el mercado del cobre, que es 33 veces más grande.
### Lecciones de la historia y el contexto actual
Rücker recuerda la disputa de 2010 entre China y Japón, cuando Pekín impuso restricciones a la exportación de tierras raras. A pesar de las tensiones, Japón logró mantener su producción gracias a depósitos acumulados y estrategias de sustitución. Desde entonces, otros países, como Malasia y Australia, han comenzado a diversificar sus capacidades de refinado y extracción.
Actualmente, Australia posee cerca del 6% de las reservas mundiales de tierras raras, mientras que EE. UU. cuenta con un 2%. Empresas como MP Materials y Lynas Rare Earths están a la vanguardia en la extracción y procesamiento en Occidente. Además, recientemente, Trump firmó un acuerdo con Australia para invertir 1.000 millones de dólares en minería y procesamiento de tierras raras, al tiempo que se establecía una alianza con Japón en este campo.
### El impacto de los controles en las exportaciones
Rücker indica que las restricciones anunciadas por China en octubre—sin cuotas ni prohibiciones—no deben sorprender, ya que estos controles podrían parecerse a los observados a principio de año, cuando la burocracia causó retrasos en las exportaciones. Sin embargo, a lo largo del verano, estas fueron recuperándose. Según el analista, la industria china depende en gran medida de sus exportaciones para mantener una salud económica.
También se anticipa que puedan debatirse más controles en las siguientes semanas, justo antes de que se apliquen nuevas regulaciones programadas para noviembre. Así, se espera que ambas naciones busquen llegar a un acuerdo antes de fin de año.
### ¿Qué opciones tiene la Unión Europea?
La capacidad de la Unión Europea para reducir su dependencia de las tierras raras chinas es limitada, con solo un 4,4% de la producción global de imanes de tierras raras, en contraposición al 79,7% de China. Sin embargo, hay ejemplos de países en desarrollo, como Zimbabue, que están comenzando a aprovechar sus recursos y enviar materiales a China para su refinado. Rücker concluye que las tierras raras extraídas de diversas regiones podrían ser enviadas a Europa para su procesamiento y fabricación de productos finales, sin necesidad de abrir nuevas minas en el continente.
Este panorama muestra cómo la dinámica de las tierras raras continúa evolucionando, convirtiéndose en un campo de batalla estratégico en el comercio internacional.
