Joanna Bryson, una autoridad en inteligencia artificial y ética, ha dejado su huella en el campo de la robótica y la inteligencia desde su llegada al mundo académico. Con 60 años y un fuerte bagaje académico que incluye un doctorado del MIT, Bryson ha estado enseñando en la Escuela Hertie de Berlín desde 2020. Recientemente, su presencia en Madrid durante la conferencia CLEF, enfocada en IA, se convirtió en un hito donde compartió su visión crítica sobre el futuro de esta tecnología.
Uno de los temas que abordó fue la inquietante posibilidad de una IA todopoderosa que, bajo la instrucción de «fabricar clips sin parar», podría amenazar la biodiversidad hasta reducir el mundo a un océano de clips. “Pero en realidad, nosotros somos los clips”, afirmó Bryson, quien se muestra escéptica respecto a la capacidad de la IA para superar sus actuales limitaciones. Para ella, el problema radica en que estamos destruyendo la biodiversidad, y eso ha degradado nuestro entorno de manera alarmante.
La IA y sus limitaciones
La ralentización de la IA
En respuesta a las creencias generalizadas sobre la abundancia de datos, Bryson explica que esto no garantiza avances en inteligencia. “La idea de que más datos multiplican la inteligencia es una falacia”, señala. A pesar de que Europa tiene una población diversa, su información no es necesariamente más valiosa que la de poblaciones más homogéneas como la de China, donde los datos están controlados.
Mejoras futuras
Aunque reconoce que los algoritmos seguirán mejorando, también advierte que muchos, incluidos líderes en la industria como Sam Altman, carecen de una comprensión clara de lo que realmente buscan al hablar de «superinteligencia».
La naturaleza de la IA
Bryson cuestiona la noción de crear una «máquina que aprende por sí misma». Para ella, la analogía de la crianza de un niño es fundamental. “Nadie crea un dispositivo esperando tener que dedicarle un esfuerzo tan grande”, comenta, resaltando la dificultad de enseñar y educar.
Sobre los robots humanoides
En relación a las promesas de Elon Musk respecto a robots humanoides, Bryson recuerda que el MIT ya estaba experimentando con esto en los 90. “No será algo innovador”, asegura. Y a pesar de que existen humanoides, su capacidad de comprensión del lenguaje y la interacción sigue siendo limitada.
Una burbuja en el mercado
Bryson advierte que las compañías de IA están creando una burbuja en el mercado tecnológico. “Estas empresas son las que sostienen la economía estadounidense”, subraya. A medida que el poder se concentra en un pequeño grupo de personas, la gobernanza del mundo se vuelve más complicada.
El futuro de las redes sociales
Cuando se le pregunta si las empresas de IA podrían enfrentar críticas similares a las de las redes sociales, Bryson responde que es probable. Sin embargo, aclara que el poder de plataformas como Twitter se deriva de sus usuarios. “Nunca debió ser vendida a manos privadas. Los usuarios construyeron su infraestructura”, enfatiza.
Reflexiones sobre la IA
En cuanto a la posible explosión de inteligencia que algunos predicen, Bryson reitera que es poco probable que desarrollemos una IA independiente de los humanos. “Es mejor pensar en la IA como un atributo que no puede funcionar sin el contexto humano”, precisa.
Finalmente, define la IA como una herramienta similar a una biblioteca: “Te proporciona acceso a respuestas sintetizadas, pero esas respuestas dependen del consenso y la calidad de la información disponible».
En un mundo donde las posibilidades de la inteligencia artificial siguen expandiéndose, la voz crítica de Joanna Bryson nos recuerda que la prudencia y la reflexión son esenciales mientras navegamos por esta nueva era tecnológica.